¿Cuantas veces te has dicho a ti misma(o); esto es como “renacer”, o “de esta también voy a salir”, “Soy como el Ave Fénix” …?
¿Muchas, cierto?
Nos hemos enfrentado a diferentes circunstancias en nuestra vida, muchas de ellas en las cuales hemos sido resilientes y hemos salido triunfantes. Aunque un poco cansados, son procesos que nos han hecho crecer, sentirnos diferentes y ver las cosas, personas y situaciones de otra manera.
¡Hoy pareciese que estamos todos en “esa”… de diferente forma e intensidad… luchando con tus propios demonios internos y externos, tratando de sobrevivir a un contexto mundial incierto, lidiando día a día con lo nuevo que se presenta y tratando de aprender en el camino a como manejarlo.
Nos adentramos en lo que nos hace sentido y tratamos de tomar todo aquello que nos haga sentir en equilibrio, que nos mantenga a flota o que nos acompañe en el nuevo recorrido.
¿Y cómo vamos a salir de todo esto? ¿Seremos los mismos? ¿Pensaremos, actuaremos, nos relacionaremos de la misma manera? ¿Debería cambiar mis valores, creencias y comportamientos? A mi parecer, lo más probable es que si, que todos viviremos un proceso de transformación, sea cual sea, no importa el nivel, tiempo, profundidad, etc. Todos estamos aprendiendo una nueva lección, aprendiendo algo nuevo, experimentando sensaciones y emociones nuevas. Ya no somos, ni seremos los mismos, estamos transformándonos en masa, en unidad y de manera individual… como el Ave Fénix… vamos a tener una nueva piel, renaceremos de las cenizas si es necesario, vamos a llenarnos de esa nueva energía y avanzaremos de manera distinta…. ¡¡¡Ojalá!!!
**Víktor Frankl, neuropsiquiatra y fundador de la logoterapia, sobrevivió a la tortura de los campos de concentración. Tal y como él mismo explicó en muchos de sus libros, una experiencia traumática siempre es negativa, sin embargo, lo que suceda a partir de ella depende de cada persona. Depende de nosotros mismos!!! cobrar vida una vez más a partir de nuestras cenizas en un triunfo sin igual o derrumbarnos…
Esta capacidad admirable por renovarnos, por recobrar el aliento, las ganas y las fortalezas a partir de nuestras miserias y fragmentos pasa primero por una fase realmente oscura que muchos habrán vivido sin duda en carne propia: hablamos de la “muerte”. Cuando atravesamos un momento traumático todos «morimos un poco», todos dejamos ir una parte de nosotros mismos que ya no volverá, que ya nunca será igual.
De hecho, Carl Gustav Jung establece nuestra similitud con el ave Fénix porque también esta criatura fantástica muere, también él propicia las condiciones necesarias para fallecer porque sabe que de sus propios restos emergerá una versión de sí misma(o) mucho más poderosa.
Carl Gustav Jung nos explicó en su libro «Símbolos de transformación» que el ser humano y el ave Fénix tienen muchas similitudes. Esa emblemática criatura de fuego capaz de elevarse majestuosamente desde las cenizas de su propia destrucción, simboliza también el poder de la resiliencia, esa capacidad inigualable de renovarnos en seres mucho más fuertes, valientes y luminosos.
Se decía que las lágrimas del Fenix eran curativas, que tenía una gran resistencia física, control sobre el fuego y una sabiduría infinita. Era, en esencia, uno de los arquetipos más poderosos para Jung, porque en su fuego se contenía tanto la creación como la destrucción, la vida y la muerte… **
En el antiguo Egipto el Ave Fénix era llamado Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección y al Sol. Según un antiguo mito se había creado a sí misma del fuego surgido de un árbol sagrado en uno de los templos de Ra. Otra versión de este mito asegura que el pájaro Bennu había surgido del estallido del corazón de Osiris tras el asesinato cometido por su hermano Seth.
En la leyenda judía, el Fénix se conoce como Milcham o Chol. Era un ave que vivía en el Jardín del Edén. Según la tradición, una vez que Eva comió la manzana (el fruto prohibido) ofrecida por la serpiente, tentó a las otras criaturas del jardín a hacerlo. Sólo el Chol se resistió y por ello, se le otorgó la vida eterna, viviendo en paz por mil años para luego renacer y repetir el ciclo.
Incluso, lo han llegado a comparar con Cristo, alegoría de su muerte y resurrección. Mientras que en China, el Fénix (Feng Huang) además de su exquisita belleza, de ser delicado y pacífico, incapaz de dañar a ser vivo alguno, simboliza el poder, la prosperidad y la dualidad del Yin Yang que conforma todo lo existente en el universo.
En las diferentes culturas y creencias el mito del Ave Fénix tiene de fondo un elemento común: el deseo de transformación y superación.
”Sólo hay un ave que se vuelve a sembrar y a generar a sí misma: los asirios la llaman fénix. No se alimenta de cereales ni de hierbas, sino de lágrimas de incienso y del jugo del amono; cuando ha cumplido cinco siglos de vida, al punto sube a las ramas más altas de una cimbreante palmera y con sus garras y su pico incontaminado se construye un nido. En cuanto ha recubierto el fondo con casia y espigas de suave nardo, con canela desmenuzada y con rubia mirra, se tiende encima y termina su existencia inmerso en perfumes. Entonces, dicen, del cuerpo del padre renace un pequeño fénix que ha de vivir otros tantos años. Cuando la edad le ha dado fuerzas y es capaz de soportar la fatiga, libera las ramas del elevado árbol del peso del nido, y devotamente se lleva lo que fue cuna suya y sepulcro paterno; tras llegar a través del aire ligero a la ciudad de Hiperión, lo deposita en el templo de Hiperión ante las puertas sagradas.” Ovidio.
Cuando el fénix siente aproximarse el fin de su existencia, acumula plantas aromáticas, incienso, cardamomo, y fabrica con todo ello una especie de nido.
Es ahí donde también nos parecemos o no? Acaso el ser humano no comienza a adquirir herramientas, habilidades, conocimientos que lo ayuden en su proceso de transformación o incluso partida?, claro que sí!! Buscamos como enfrentarnos a nuestra muerte interior, o a veces exterior, nos motivamos, nos esforzamos, descubrimos y nos redescubrimos, nos hacemos resilientes, nos sobreponemos!! Y nos enfrentamos…..
La muerte… La “muerte interior”, siempre el aspecto más dificil de superar, sin embargo muchos como el Ave Fénix lo hacen, y la transformación siempre es asombrosa, tal cual, la nueva “piel” los nuevos colores, pensamientos y formas, se irradian en este nuevo ser que vuelve a experimentra un nuevo ciclo. Sin embargo, las cenizas seguiran allí, pero serán sólo eso cenizas, que fueron parte de nosotros y que no volverán, pero permanecen en nuestra experiencia.
Estamos en nuestro proceso de transformación, la Pandemia, la Economía, las Relaciones, el Confinamiento, nuestras Emociones, Conflictos, etc. .... busca tus propias herramientas, o bien alguien que te ayude a encontrarlas e incluso tomarlas, pero no te entregues, no “tires la toalla”… hay más poder y fuerza dentro de ti de lo que tu imaginas, la resiliencia está en todos, sólo debemos abrirnos a ello, y volvernos un Fénix…..
Mayo 27, 2020.